Hiparquía, el feminismo Antes de Cristo.
- Raquel Díaz.
- 22 ene 2017
- 2 Min. de lectura

Cada circunstancia tiene un origen, tú, yo, la creación del Universo, el feminismo... Todo. A lo largo de nuestros estudios académicos, descubrimos un sinfín de personajes que han ido dándole sentido al paso de la humanidad por la Tierra, y si nos ponemos a contar con los dedos perdemos la cuenta, como perdidas están todas las mujeres que han hecho historia.
Hiparquia fue una filósofa de la escuela cínica. Nada relacionado con lo que conocemos como cinismo, simplemente se llamaban así porque su fundador Antístenes daba clases en el gimnasio Cinosarges, que significaba perro blanco o perro veloz, también por esto y por sus características nómadas y austeras, eran llamados perros.
Era hija de familia de bien, pero su carácter e inquietud podía más que las convencionalidades sociales. Asistía a las reuniones de los filósofos del siglo IV a.C. donde exponía sus ideas sobre las diferencias de tareas entre el sexo masculino y femenino. Era aceptada por ellos, pero no por todo su entorno. Cuentan que en un banquete Teodoro el Ateo hizo burla a Hiparquía, además de rasgarle el vestido, por formar parte de una escuela filosófica, a lo que ella que carecía de pelos en la lengua contestó: "¿Crees que he hecho mal en consagrar al estudio el tiempo que, por mi sexo, debería haber perdido como tejedora?". Qué pobre es el alma de un hombre cuando se ve amenazado por la fuerza de una mujer, y ya que tanto pavoneaba de su hedonismo cirenaico, tendría que haber sido el primero en entender que ante todo prima el deseo personal sobre interés del ajeno.
Hiparquía, escribió tres libros aunque no se conserva ninguno de ellos. Hipótesis filosóficas, Epiqueremas y Cuestiones a Teodoro llamado el ateo -creo que hubiera hecho cola para que me firmara éste último-. De lo poco que se conoce de ésta feminista, se conserva un epigrama del filósofo estoico Antípatro, dedicado a ella:
Yo, Hiparquía, no seguí las costumbres del sexo femenino, sino que con corazón varonil seguí a los fuertes perros. No me gustó el manto sujeto con la fíbula, ni el pie calzado y mi cinta se olvidó del perfume. Voy descalza, con un bastón, un vestido me cubre los miembros y tengo la dura tierra en vez de un lecho. Soy dueña de mi vida para saber tanto y más que las ménades para cazar.
Tras su muerte, los filósofos cínicos en Atenas decretaron un día al año para homenajearla en el Pórtico Dorado, Kynogamia o día de la incorporación de la mujer al mundo la filosofía cínica.
Hiparquia, ojalá se recuperasen tus escritos y acabases siendo tema de estudio para Selectividad. Hubiera sido un honor.
Comments