Bimba Bosé, llevas arte allá donde vayas.

Sin más, un día te despiertas y las redes sociales te gritan que están de luto. Un bombardeo constante de fotografías, homenajes, rememoraciones y tras pasar el fin de semana, nadie recuerda qué ocurrió el lunes. Este caso será diferente, The Cabriolets se ha quedado mudo para siempre y la société española con un vacío irremplazable.

No hay manera exacta de describirla pues ella es el cambio, hizo de ello su estado natural. Su vehemencia la hizo musa, atrayendo a fotógrafos de la índole de Mario Testino, Peter Lindbergh y Steve Meisel. Comenzó su carrera como modelos a los 25 años, y desfiló para el Gucci de Tom Ford y el Dior de Galliano, continuando la retahíla con Loewe, Ferragamo, Alexander McQueen, Gaultier... Sintió para David Delfín.

Bimba Bosé destapó la androginia cuando ni siquiera se escuchaba en los medios. Llenó pasarelas con las orejas y el pelo de mil colores, hasta en ausencia total de vello, porque alguien como ella no necesita nada que la cubra, ni tan siquiera la armadura que parecía llevar.

Demostró ser guerrera, y al verla despertaba en todos la fuerza interior que a veces tenemos escondida. Lástima que algunos burros no sepan apreciar el oro y aprovechen un hecho trágico para intentar humillarla a ella y a su familia, a cada cerdo le llega su San Martín.

Fue, es y será un ejemplo de mujer de los que se pone la piel de gallina al recordarlo. Te echaremos de menos Eleonora Salvatore.

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